Estos son los lugares más terroríficos de Lisboa

Halloween está a la vuelta de la esquina, con muchos planes para divertirse. En el espíritu de la temporada, fuimos en busca de los lugares más espeluznantes de Lisboa para nuestros lectores.

Y las respuestas no han podido ser más hilarantes. Leímos de todo, desde respuestas mordaces a algunos de los lugares del gobierno portugués hasta detalles más personales, como las habitaciones de los niños después de un día de juego.

¿Echamos un vistazo a algunos de los lugares más espeluznantes de Lisboa?

1. Agencia Tributaria y últimamente supermercados y gasolineras 🙈, por Sónia Pereira
2. Aeropuerto Humberto Delgado, por Isabel Sobrado
3. Acueducto Águas Livres, por Marita Salvador

   

4. Los aparcamientos de la zona histórica, o centro de la ciudad, por Rosa Maria Dias

   

5. Mi salón después de que los niños jugaran con plastilina, por Sara Reis
6. El barrio alto… llegas allí y de un momento a otro te despiertas en otro lugar… ¡Creo que es un portal a otra dimensión!, por João Marques
7. Cais Sodré a las 5am/6am es todo zombies, por Pedro Smd Lucena

   

8. El cajero automático más cercano después de ver mi declaración!!!!, por Miguel Correia
9. Tienda del ciudadano en Laranjeiras, por Zé Leandro
10. Los accesos al ¡puente 25 de Abril! por Gustavo Dias
    
11. Rossio, siempre hay alguien ofreciendo cosas increíbles allí por Letícia Oliveira

12. La parroquia de Arroios y especialmente la Avenida Almirante Reis. Cada vez que tengo que ir a trabajar allí, me pongo enferma, por Paula Cristina Nina

    

13. Pastéis de Belém… ¡¡¡Da «miedo» lo bueno que está!!!por Ana Paula Neves
14. El que más miedo da es São Bento, por Pedro Madeira
15. La estación del parque, por Thaynaras2costa

    

16. Quinta da Arealva en Almada, por emjaymeetstheworld
17. Túnel de la estación de tren de Alcântara, por Domingos Raposo

    

18. La cantidad de coches… ¡¡¡y el tráfico caótico!!!, por Maria do Rosário Robles
19. La rotonda del reloj en hora punta, por Ines Zuther
20. Rua do Benformoso, en Mouraria, por Jorge Luís