
Portugal es uno de los países más antiguos de Europa, por lo que no es de extrañar que de norte a sur encuentre innumerables castillos encantadores. Para los amantes de las historias de (re)conquista y de los Caballeros Templarios, he aquí una sugerencia: Monsaraz.
Situado a unos 180 kilómetros de Lisboa -casi 2 horas en coche-, es uno de los pueblos medievales más bonitos para visitar en el corazón del Alentejo. En 2017, fue elegida una de las «7 Maravillas de Portugal» en la categoría de «Aldea Monumento»… y ahora es el momento de lanzarse a (re)descubrirla.
Breve contexto histórico
Situada en lo alto de una colina y rodeada por una impresionante muralla, la pequeña ciudad de Monsaraz es el destino perfecto para los que aprecian la historia, la tranquilidad y la belleza natural. Allí podrá sentir las vibraciones de antaño e imaginar los diversos duelos librados al estilo de las películas de época.
Aunque hoy pertenece al municipio de Reguengos de Monsaraz, en el distrito de Évora, esta pintoresca villa medieval fue sede del municipio hasta el siglo XIX. Pero su pasado comenzó a escribirse mucho antes.
Se dice que las huellas de la presencia humana se remontan a la prehistoria. Sin embargo, fue durante la Edad Media cuando su existencia cobró un nuevo vigor. Debido a su privilegiada situación sobre el Guadiana y cerca de la zona fronteriza, fue una ciudad codiciada tanto por moros como por cristianos.
De hecho, Saris o Sarish -como se conocía a la ciudad en época musulmana- fue conquistada por primera vez a los «sarracenos» en el siglo XII. Sin embargo, tras la derrota del rey Afonso Henriques en Badajoz, Portugal perdió temporalmente su posesión hasta 1232, durante el reinado de Sancho II.
Qué ver en Monsaraz
Tras la reconquista definitiva a los moros, la pequeña ciudad del Alentejo pasó a estar bajo la autoridad de los templarios, y aún hoy se pueden ver vestigios de su presencia. Con un legado tan notable, Monsaraz es una especie de cápsula del tiempo.
Para iniciar este viaje, hay que dejar el coche fuera de las murallas. Al fin y al cabo, no habría otra forma de admirar sus estrechas calles empedradas y sus casas blancas que «vagar» a un ritmo más lento; al ritmo del corazón del Alentejo.
Aunque no es una ciudad muy grande, hay mucho que visitar dentro de sus impresionantes murallas. En primer lugar, nos gustaría destacar la vista panorámica del azul Alqueva, el mayor lago artificial de Europa.
Y ahora compartimos una breve lista de recomendaciones:
- Castillo de Monsaraz: el ex-libris local, construido por el rey Dinis
- Portas da Vila: cuatro entradas históricas a la ciudad – Porta da Vila, Porta de Évora, Porta da Alcoba y Porta do Buraco
- Museo de los Frescos y Casa de la Inquisición
- Aljibe medieval: el principal embalse local con acceso a una terraza panorámica
- Fortaleza de Monsaraz
- Igreja Matriz de Nossa Senhora da Lagoa: alberga la tumba de un templario «legendario», entre otras.
Más allá del aspecto medieval…
A pesar de tratarse de una auténtica joya medieval, lo cierto es que hay más motivos de interés más allá del aspecto histórico. Por ejemplo, Monsaraz es también un destino a tener en cuenta para los amantes de la gastronomía tradicional (como las migas y el cordero) y de los buenos vinos alentejanos.
Además, no muy lejos de allí podrá disfrutar de los placeres veraniegos de la Praia Fluvial de Monsaraz. Y para hacer las cosas aún más idílicas, esta zona es perfecta para observar las estrellas. Al fin y al cabo, el Cielo Oscuro de Alqueva está a sólo 20 minutos.
Así que, tanto si desea viajar en el tiempo y sentir la tranquilidad del campo, como refrescarse en las playas fluviales mientras espera a que anochezca para contemplar el firmamento, Monsaraz es realmente una joya que espera ser (re)descubierta.
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