De la literatura a la música, muchas artes creativas encuentran inspiración en las historias de amor más trágicas. Desde los romances imposibles de la Edad Media hasta las asimetrías sociales del siglo XX, el derramamiento de sangre, la pasión irrefutable y el escándalo han marcado el imaginario colectivo portugués a lo largo del tiempo.
En este artículo, pretendemos (re)visitar algunas de las historias románticas más dramáticas de Portugal. Desde la eterna leyenda de Pedro I e Inés de Castro hasta el nacimiento del mito de «Romeo y Julieta» de Alcácer do Sal, estas narraciones merecen ser contadas.
Tabla de contenidos
Pedro e Inés: un amor más grande que la muerte
Ésta es sin duda la historia de amor más famosa de Portugal, referenciada por Luís de Camões en la epopeya «Os Lusíadas». En el siglo XVI, como en un cuento de hadas -pero sin el famoso «vivieron felices para siempre»-, un joven príncipe se enamoró de una dama de compañía.
Heredero del trono portugués, Pedro se casó con Constança. Sin embargo, fue una noble gallega quien le robó el corazón para toda la eternidad, y nos referimos, por supuesto, a Inés de Castro. Cuenta la leyenda que su belleza era impresionante y que era muy codiciada en la corte. Sin embargo, el hijo del rey Afonso IV no dejaba que nadie se le acercara.
Los dos se habrían entregado a una pasión sin fin, que culminó en un matrimonio secreto poco después de la muerte de Constanza. Durante un tiempo, Pedro e Inés de Castro vivieron felices en Coimbra. Sin embargo, su historia tuvo un oscuro final. Se dice que el rey Afonso IV temía la influencia de los hermanos de la gallega.
En este contexto, el monarca ordenó rápidamente el asesinato de Inés, causando un dolor irreparable a Pedro, que juró vengarse. Angustiado, al subir al trono persiguió a los autores de tan vil acto, reservándoles un destino infame: arrancarles el corazón, en dolorosa analogía con su propio sufrimiento.
A pesar de su venganza, Pedro I fue aún más lejos para honrar a Inés, y se dice que coronó a su amada como Reina póstuma de Portugal. Además, en un acto que demuestra que su apego era mayor que la propia muerte, hizo trasladar el cuerpo de la bella gallega al Monasterio de Alcobaça.
Hoy, el testimonio de esta trágica trama digna de cualquier película de época puede verse en el monumento (clasificado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO). Al fin y al cabo, Pedro I e Inés de Castro yacen allí , en tumbas dispuestas frente a frente para que pudieran encontrarse en el «más allá». Un amor desenfrenado y escalofriante, de principio a fin.
Romeo y Julieta del Alentejo
De un romance medieval saltamos directamente a principios del siglo XX. Aunque la trama no incluye asesinatos, la historia es igual de triste y conmovedora. En 1912, Luís Inácio de Paiva y Laura Branca decidieron suicidarse porque sus familias rechazaban su amor.
Originario de Alcácer do Sal, en el Alentejo, Luís pertenecía a una familia adinerada que poseía grandes propiedades. Laura, en cambio, nació en el seno de una familia respetada, pero con menos poder e influencia. De hecho, las asimetrías sociales y económicas estarían en la raíz del problema.
Además de la desigualdad entre sus orígenes, también se ha especulado con que las posibles promesas matrimoniales a terceros, típicas de la época, podrían haber causado insatisfacción. Sea como fuere, los dos jóvenes amantes fueron encontrados muertos en una casa de Alcácer do Sal.
Se rumorea que primero intentaron suicidarse con veneno, pero ante tanto dolor, acabaron despidiéndose de este mundo con disparos al corazón. Esta historia nos transporta de alguna manera al universo literario y dramático de Romeo y Julieta de William Shakespeare.
Escándalo, cárcel y suicidio: la odisea de Camilo
En el siglo XIX, el romance entre el escritor Camilo Castelo Branco y Ana Plácido, entonces casada con otro hombre, generó mucho «revuelo» en la sociedad de Oporto. De hecho, el caso de adulterio les llevó incluso a la cárcel, tiempo durante el cual el autor escribió su obra maestra «Amor de Perdição».
Tras el escándalo y el encarcelamiento, Camilo Castelo Branco y Ana Plácido finalmente se fueron a vivir juntos, pero nunca fueron plenamente aceptados por la sociedad. Incluso se casaron, pero su relación estuvo marcada por graves dificultades económicas y problemas de salud.
Camilo sufría sífilis y síntomas de ceguera, un panorama que provocó una gran desesperación en el escritor, que ahora se veía impedido de seguir dando vida a sus personajes. Ni siquiera el amor de Ana fue suficiente para evitar el trágico final y, en 1890, el autor se quitó la vida.
De Pedro e Inés al escándalo de Camilo Castelo Branco y Ana Plácido, cada una de estas historias nos muestra que el amor puede ser un sentimiento muy poderoso, «un fuego que arde sin ser visto» , como escribió Luís de Camões.
Sin embargo, la pasión desbordante que trasciende las barreras sociales e incluso la muerte no siempre es suficiente para alcanzar un final feliz. Son casos impactantes, desgarradores e intensos que merecen no caer en el olvido.