Cada vez que se celebran elecciones en Portugal, comienza un recuento diferente, no de votos, sino del número de semanas (a veces meses) en que cientos de carteles y afiches de los diferentes partidos políticos permanecen abandonados en el espacio público sin ser retirados, ya que no hay plazo para su retirada.
Muchos de ellos se encuentran ya en mal estado, arrancados por el viento o porque las estructuras metálicas sobre las que estaban expuestos ya no soportan su peso, y los «restos» de las elecciones invaden la ciudad con una contaminación visual que nadie puede soportar.
Hartos de estas escenas decadentes, un grupo de ciudadanos y votantes lisboetas decidió pasar a la acción presentando una petición (en forma de recurso) a la Asamblea Municipal con el objetivo de poner fin a este problema cada vez que se celebran elecciones en nuestro país.
La inexistente ley que permite el abandono
Según la Associação Vizinhos em Lisboa, el problema radica en la falta de normas claras, ya que no existen plazos expresos para que este material de campaña política sea retirado una vez finalizadas las elecciones.
Aunque la legislación nacional (Ley 97/88) faculta a los ayuntamientos para definir estas condiciones, el municipio de Lisboa nunca las hace cumplir , permitiendo así situaciones de abuso e incumplimiento por parte de los distintos partidos políticos, lo que se traduce en una clara degradación del entorno urbano, una devaluación del espacio público y, a menudo , la creación de riesgos para la seguridad.
10 días para limpiar

La solución planteada por este grupo de firmantes de la petición es sencilla y fácil de controlar: proponen que la Asamblea Municipal recomiende al Ayuntamiento de Lisboa que modifique el reglamento con nuevas normas:
- Fijar un plazo máximo: toda la propaganda electoral, independientemente del soporte (carteles, pancartas, lonas, estructuras), debe ser retirada del espacio público a más tardar 10 días después de las elecciones;
- Definición de responsabilidades: la obligación de retirar la propaganda recae en las entidades políticas, candidatos o representantes que la hayan promovido;
- Las consecuencias: si se sobrepasa el plazo de 10 días, el Ayuntamiento de Lisboa debe proceder a la retirada forzosa, presentando una factura por los costes a los responsables. Además, se aplicarán las multas previstas por la ley.
Respeto del espacio común
Los objetivos de esta petición son claros y van mucho más allá de la simple limpieza de las calles: también argumentan que esta medida es esencial para garantizar el orden urbano, responsabilizando a quienes utilizan el espacio público con fines políticos y evitando que la capital sea rehén de la «basura electoral» semanas después de que los votantes hayan ejercido su derecho.
Los peticionarios tienen que esperar ahora a que la Asamblea Municipal de Lisboa decida si recomienda o no el cambio de reglamento al Ayuntamiento.
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