Justo después de la noticia de que Lisboa era considerada una de las ciudades a no visitar en 2025, principalmente debido al «exceso» de turistas, la empresa de transporte público Carris ha empezado a probar colas separadas para turistas y residentes.
Esta es, sin duda, una de las soluciones descritas en el informe como una forma de «aliviar» el descontento de las comunidades locales, los barrios, con esta avalancha de visitantes a la ciudad.
Pero, ¿cómo se aplicará esta medida? Eso es lo que averiguaremos a continuación.
Colas para los turistas y colas para los residentes
Estamos seguros de que los turistas lo entenderán, y los locales lo agradecerán. Al fin y al cabo, algunos necesitan el transporte para ir a trabajar, mientras que otros lo utilizan para desplazarse entre las atracciones turísticas de Lisboa. Al menos seamos razonables.
Según Carris, esta medida pretende garantizar que los residentes con abonos regulares no pierdan plazas por la gran afluencia de turistas.
Las primeras pruebas se llevarán a cabo en el Funicular de Graça y, en función de las conclusiones, podría ampliarse a otros servicios donde haya mucha demanda.
¿Cómo se está desarrollando?
De momento, y es la mejor forma que ha encontrado Carris para separar a unos usuarios de otros, habrá una cola para los que tengan abonos mensuales o regulares, y otra para los turistas que compren billetes ocasionales.
También se estudia cómo subir a estos transportes públicos, que podrían alternarse, para minimizar el «perjuicio» a todos los usuarios.
Según el diario Público, esta medida empezará a tener efectos prácticos a partir del próximo mes de mayo, y los precios de los billetes para los turistas también podrían aumentar.
Antes de que pueda ponerse en práctica, la propuesta aún deberá ser aprobada por la Asamblea Municipal de Lisboa, algo que ocurrirá este mes de febrero.
Si tiene éxito, podría convertirse en una medida modélica para equilibrar las necesidades del turismo y de los residentes en la ciudad, aunque, como ocurre con cualquier propuesta de este tipo, todavía tendrá que superar un riguroso escrutinio público.