Portugal es uno de los países más antiguos de Europa. Sin embargo, la Historia como disciplina de las Ciencias Sociales y Humanidades tiene el poder de seguir sorprendiéndonos, por lo que no faltan curiosidades insólitas por (re)descubrir, como es el caso de Couto Misto.
Si nunca ha oído hablar de él, ya sabrá que fue un microestado independiente de la Península Ibérica hasta el siglo XIX; algo que los entonces reinos de Portugal y España clasificaron como una «anomalía» que sería «corregida».
Comprendiendo una pequeña porción de la actual provincia de Ourense (en Galicia) y una parte deshabitada del municipio de Montalegre (en el distrito de Vila Real), el Couto Misto (en gallego, Couto Mixto) fue «tierra de nadie» durante más de 700 años. ¿Averiguamos por qué era tan especial?
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Un microestado independiente
Según información de National Geographic Portugal, Couto Misto era un microestado independiente de unos 27 kilómetros cuadrados que no pertenecía ni a la corona portuguesa ni a la española. Su territorio incluía las aldeas gallegas de Rubiás, Santiago de Rubiás y Meaus, así como una pequeña franja del municipio de Montalegre, como ya se ha mencionado.
Debido a la complejidad de las relaciones señoriales medievales, este territorio permaneció «olvidado» hasta el 29 de septiembre de 1864, cuando se firmó el Tratado de Lisboa entre Portugal y España para afinar algunos detalles fronterizos. Pero ya llegaremos a eso.
Los orígenes de Couto Misto
Según National Geographic Portugal, «nadie sabe exactamente cómo se creó, pero es probable que la incertidumbre sobre las fronteras que se mantuvo hasta el Tratado de Alcanizes en 1297 pospusiera la responsabilidad real portuguesa o española sobre el territorio».
Sin embargo, según Wikipedia, se cree que sus orígenes se remontan al siglo X y a la independencia de Portugal, estando Couto Misto presumiblemente vinculado al Castillo de Piconha y, más tarde, a la Casa de Braganza. Pero algunos aspectos siguen sin estar claros a día de hoy.
Privilegios del Couto Misto
Por ahora, queremos contarte algunos de los muchos privilegios que hicieron de este territorio un lugar especial, cuya realidad en nada se parecía, por ejemplo, a la de los habitantes del reino de Portugal. Aquí no había reyes, sino una peculiar forma de autogobierno.
Según las fuentes consultadas, éstos son algunos de los privilegios que destacan y hacen de ésta una historia única:
- Nacionalidad inexistente: los habitantes podían elegir ser portugueses, españoles o ninguno de los dos;
- Exención del servicio militar y de impuestos;
- Refugio y asilo: sirvió de «escondite» para muchos criminales y fugitivos, ya que las autoridades ibéricas no podían detener a nadie dentro del Couto Misto, con la supuesta excepción de los delitos de sangre;
- Autogobierno: mediante la elección de un juez o alcalde;
- Bandera e himno propios;
- Libertad de cultivo y comercio: los habitantes podían comerciar y cultivar todo tipo de alimentos, incluido el tabaco -que estaba muy restringido en los reinos de Portugal y España-, y podían circular por el «Camino del Privilegio» (un espacio neutral de unos 6 kilómetros de longitud).
El Tratado de Lisboa y el fin de la «anomalía
Para afinar algunas cuestiones territoriales, Portugal y España firmaron el 29 de septiembre de 1864 el Tratado de Lisboa, que determinó el fin del microestado independiente, considerado entonces una «anomalía».
Sin embargo, la anexión oficial por parte de ambos países tuvo lugar poco después, en 1868. Fue el principio del fin para Couto Misto, pero eso no significa que su recuerdo se haya desvanecido.
La «resurrección» contemporánea
La historia de este lugar tan especial, a veces asociado al contrabando y al refugio de individuos fuera de la ley, no ha caído en el olvido. De hecho, a pesar de su disolución oficial a mediados de los noventa, ha resurgido.
Gracias al interés de historiadores de la Universidad de Vigo y de la Universidad de Trás-os-Montes y Alto Douro, pero también a la creación de la Asociación de Amigos de Couto Misto.
Integrada por gallegos y portugueses, esta organización pretende recuperar el legado histórico del antiguo microestado ibérico mediante la promoción de diversas actividades. ¡Un territorio «desaparecido» con ecos en el presente!
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